Reseña 'Una meditación en movimiento'


Cuando pensamos en alguien meditando nos viene a la cabeza una persona imóvil: Helena Pellisé nos muestra una cara nueva. Por Bàrbara Raubert


Se auto define como bailarina, improvisadora, pedagoga y practicante de meditación. Helena Pellisé no para, y su necesidad de movimiento la lleva a romper formas establecidas, rechazar coreografías cerradas y explorar la improvisación desde el punto más interno de sus sentidos, meditando. Fragments de cos (fragmentos de cuerpo) es el último fruto de su trabajo en esta dirección, y ahora se presenta en el Antic Teatre.


La meditación en movimiento es una vertiente de la práctica meditativa -que no es otra cosa que una escucha atenta y concentrada hacia uno mismo- con cada vez más adeptos dentro del sector de la danza. Por un lado, permite aumentar la presencia escénica de los intérpretes, un aspecto que se ha buscado de reforzar por diferentes vías desde los orígenes de la danza. Y del otro, profundiza en la intensidad de las vivencias de cada una de las acciones que se ponen en práctica.

Fragments de cos sigue estas premisas para hacer una exploración de la fisicalidad que es propia a Helena Pellisé, paseando por diferentes situaciones corporales que tienden al movimiento -y a partir de las cuales se despliega la improvisación-, y zambullirse en el placer de dejar el cuerpo moverse libremente hasta observar la creación de un vocabulario propio. Un proceso interno que el observador puede descifrar y sentir en piel propia si es capaz de afinar la escucha.


"La bailarina deja el cuerpo moverse libremente hasta a la creación de un vocabulario propio"


No hace mucho, la Universidad de Berckley hacía un estudio sobre la sincronización entre el cuerpo y la mente de bailarines. Si bien el control y conocimiento de su cuerpo era envidiable, se preguntaban si también tenían la misma fluidez con relación a su mente. En la realización de este estudio, van compararlos con practicantes de meditación y con gente que no seguía ninguna de las dos actividades, y el resultado fue rotundo: los bailarines pueden controlar la tensión de todos sus músculos y la manera como se alinean y se presentan, pero estas decisiones no tienen necesariamente una relación directa con sus emociones. De hecho, parte del aprendizaje de un bailarín se basa en el hecho de poder separar el foco de atención de música, tiempo y espacio, mientras que los practicantes de meditación muestran una sintonía esmerada entre emociones y corporalidad.

El hecho de reunir esta conexión con los órganos internos de los que hacen meditación, con las habilidades musculares del bailarín junto con las capacidades plásticas de una puesta en escena, es el reto personal de Helena Pellisé. Y de todos los que quieran acompañarla.


FRAGMENTS DE COS
Antic Teatre. Sáb. 26 y Dom. 27
TimeOut Barcelona (Nº 253, pg. 61)
Enero 2013